VIRGO, LA VIRGEN
Del 24 de agosto al 23 de septiembre

–Si siete doncellas con siete estropajos

lo fregarán noche y día,

¿crees tú –preguntó la Morsa–,

que por fin se limpiaría?

–Lo dudo –dijo el Carpintero,

con una lágrima en la pupila.

Como reconocer a Virgo

–Solo que la mostaza no es un pájaro –señaló Alicia.

–Tienes razón, como siempre –declaró la duquesa–,

¡con qué claridad eres capaz de decir las cosas!

 

Virgo es el signo de la Virgen, pero es mejor no tomarse el simbolismo demasiado al pie de la letra. Puedo asegurar a mis lectores que haber nacido en septiembre no es garantía de virginidad. Aunque muchos Virgo de ambos sexos se aferren a su soltería, también hay muchos Virgo que terminan por avenirse a la bienaventuranza del connubio. Es posible que no lo hagan llevados por un súbito estallido de fuego y de pasión, porque el matrimonio no es el estado natural para los seres de Virgo, aunque es sorprendente cuantos de ellos llegan a dominar esta forma de trabajo en equipo, mostrándose casi siempre muy dedicados a su familia.

Casado o soltero, es bastante fácil detectar a Virgo en público. Por una parte, no estará haciendo mucho ruido; no es exactamente parlanchín, y se destacará por su condición de solitario. (¿Ves ese hombre callado y atractivo, allí en el rincón, con el diccionario bajo el brazo? ¿El que tiene un mecanismo mental de relojería que registra pulcramente las horas y metódicamente toma nota de los menores detalles? Si te fijas bien, casi podrás verlo medir cada minuto para darle todo su valor.

Es Virgo.

¿Ves esa muchacha retraída de hermosos ojos dulces, que espera el autobús? Fíjate en la pulcritud de sus guantes blancos, en su actitud tranquila. En la mano tiene las monedas exactas para el billete. Jamás se le ocurriría pedir que en el autobús le cambiaran un billete grande. Es Virgo.

Si andas en busca de estos perfeccionistas, las reuniones sociales no son el mejor coto de caza. Es más probable que los encuentres en la oficina, trabajando horas extras, que demostrando su carácter sociable en un coctel. Para Virgo no es fácil relajarse lo suficiente para disfrutar sin aprensión de los placeres sociales, porque básicamente se siente incómodo entre la multitud. A veces, por pura frustración, hace el intento de adaptarse a la rutina de alguna fiesta, pero la llamada del deber es demasiado insistente para permitirle mucha frivolidad. En ocasiones, Virgo puede conseguir que Capricornio parezca un tipo divertido, lo que ya es mucho decir. Será raro que veas a Virgo haciendo pompas de jabón o levantando castillos de arena. Está demasiado ocupado para sonar despierto, y por la noche, generalmente, llega demasiado cansado para pensar en hacer peticiones a las estrellas.

Lo primero que observarás en un nativo típico de Virgo es la decidida impresión que da de tener un grave problema y de estar luchando mentalmente por resolverlo... o por lo menos, la vaga sensación de estar secretamente preocupado por algo. Es probable que así sea. Para Virgo, estar preocupado es natural. Hasta se podría decir que tiene cierto afectuoso apego al hábito. Es algo intangible y elusivo, pero su encantadora sonrisa siempre parece estar escondiendo una gran inquietud.

Aunque el ascendente y otras posiciones natales puedan modificar la figura típicamente magra, generalmente puedes esperar una estructura como si fuera de alambre y unos ojos excepcionalmente bellos y tranquilos. Es frecuente que uno casi pueda verse reflejado en ellos; expresan la inteligencia y la claridad de pensamiento. En los rasgos de Virgo hay una pureza y una tranquilidad de expresión que parecen la negación de sus secretas preocupaciones. La mayoría de ellos son gente muy atractiva, de nariz, orejas y labios bien diseñados. No carecen ciertamente de gracia y encanto, y pueden mostrar cierta vanidad que irrumpe en raros momentos. Nunca les satisfacen las fotografías que les toman, y son sumamente remilgados con su aspecto, tanto si se trata de una película como en persona. Si eres observador, ya los encontrarás retocándose frente al espejo, cuando creen que nadie les mira. Siempre están bien vestidos, con un gusto generalmente meticuloso, aunque conservador. Maurice Chevalier, que era Virgo, prefería que lo tomaran por sorpresa sin una canción, pero no sin la flor en el ojal y el alfiler de corbata.

Las personas Virgo son normalmente menudas, nunca gigantescas, pero musculosas, y están dotadas de mucha mas fuerza de lo que da a entender su apariencia de fragilidad. Son capaces de aguantar un trabajo más intenso, y durante un tiempo más largo que gente regida por signos más fuertes y recios... siempre que durante esa actividad puedan evitar un colapso nervioso. Por más que exteriormente se muestren capaces y serenos, su angustia interior les carcome, alterándoles la digestión y el equilibrio emocional. Lo que se oculta tras los nervios destrozados de más de un Virgo es esa tendencia a aceptar mas trabajo del que pueden hacer sin riesgo, y después esforzarse hasta no poder mas para cumplir con los compromisos asumidos. Son gente nacida para ser tranquila y apacible, cuando sus complejos y delicados mecanismos funcionan sin problemas y sin que la fatiga cerebral trabe los engranajes.

Son incuestionablemente gente confiable y sincera, pero sin embargo, son capaces de fingir una enfermedad cuando no quieren hacer algo o ir a alguna parte. En esas ocasiones, pasa a primer plano su talento latente de actor. Ocasionalmente, consiguen auto convencerse de esas enfermedades imaginarias, pero el ojo frío y la cabeza despejada de la gente regida por Mercurio hacen que la mayor parte de tales autoengaños sean de vida breve. Son minuciosos y pulcros en su arreglo, sus comidas, su trabajo y sus romances. ¿Tu prolijo amigo Virgo da la impresión de que acabara de salir de la ducha? Pues probablemente es así. Se baña o se ducha con más frecuencia que tres o cuatro de tus amigos de otros signos, todos juntos. También tiene ideas muy precisas sobre la salud, poca paciencia con la haraganería, y se hace muy pocas ilusiones sobre la vida y la gente, aun cuando esté enamorado. Sea hombre o mujer, un romance jamás tiende ante los ojos de Virgo un velo tan espeso que le impida ver las maculas e inconvenientes de la relación o de su pareja. Para decirlo con una expresión popular, los de este signo <<saben bien donde pisan>>, aunque al Virgo amante de la corrección del idioma le disgusten estas frases.

Claro que no debes formarte la idea de que toda la gente que nació a fines de agosto o en septiembre es remilgada, quisquillosa y dogmática. Son muchos los Virgo que muestran un inteligente humor mercuriano –si atiendes a sus observaciones al margen– e irradian un especial encanto mercuriano muy difícil de resistir. Con decir que Sofía Loren es Virgo, creo que ese punto ya queda resuelto de una vez por todas. Tal vez te encuentres con algún Virgo que ande tan ocupado manteniendo limpios y en orden los rincones de su mente que se haya descuidado en cuanto a su vestimenta o a su ambiente, y eso puede despistarte en el primer momento. Pero espera, que tarde o temprano le verás recogiendo un alfiler de la alfombra, cepillándose el pelo o sacándose una hilacha del hombro.

Aunque suenen muy pocos sueños imposibles, es frecuente que Virgo presente un rasgo incongruente: parece un fascinante soñador, como Si estuviera envuelto en ese mismo arco iris en el cual su mentalidad lógica se niega a creer.

Cuando se sienten molestos por la vulgaridad, la estupidez o el descuido, los nativos de Virgo pueden ponerse súbitamente hoscos, irritables, gruñones y nerviosos, pero por lo general son gente muy dulce, muy grata de tener cerca, especialmente en un cuarto de enfermo. Algunas de las mejores enfermeras, llenas de eficiente compasión y modelos de pulcra capacidad, han nacido bajo este signo. Cuando te duela la cabeza, lo más probable es que sea tu amigo Virgo quien corra a la farmacia. Y si estás en casa de él, no necesitará ir muy lejos, porque probablemente allí mismo tendrá una farmacia en miniatura. En el cuarto de baño, el botiquín estará cargado de remedios para el dolor de estómago, el estreñimiento, las afecciones hepáticas o la acidez. Échale un vistazo alguna vez. Virgo jamás tomará una medicina a menos que conozca todos sus componentes y sepa como actúan, de modo que podrá decirte con total conocimiento de causa que será mejor para tu dolor de cabeza, según que sea lo que lo haya causado. Cuando viaja, es frecuente que lleve consigo la farmacia portátil; hasta puede llevar un maletín de mas, solamente para frascos y píldoras, y si está acostumbrado a determinada marca de jabón o de colonia, pues también irá al maletín. Sería un desastre para Virgo quedarse varado en una ciudad donde no vendieran lo que está acostumbrado a usar. Generalmente, compra los jabones y artículos de tocador por cajas, porque sale más barato –o en todo caso, por docena–, y esa es otra de las razones de que no le guste comprar cosas cuando viaja. Hay casos en que un nativo de Virgo llega a viajar con su propia provisión de agua. No te rías... ¿no sabes lo que puede pasarle al estómago de una persona cuando ciertos cuerpos extraños se introducen en el sistema digestivo, suspendidos o disueltos en un agua desconocida? Pues Virgo puede decírtelo. Son gente que cuando tiene hábitos, pues tiene hábitos, y salir de vacaciones o hacer un viaje de negocios no es excusa para romperlos. Si en casa Virgo está acostumbrado a guardar los calcetines en el cajón del medio de la cómoda, a la izquierda, allí irán los calcetines en la habitación del hotel. Y si es una de esas cómodas que no tienen más que tres cajones grandes y no puede optar por el de la derecha o el de la izquierda, pues ya tendrá para cavilar un rato. Es posible que termine por dejarlos en la maleta, pero no dormirá tranquilo. A la mañana siguiente, la camarera del comedor del hotel aprenderá inmediatamente que si Virgo dice que quiere los huevos pasados por agua tres minutos, no quiere decir que dos minutos cuarenta y cinco segundos. Y que pedir las tostadas bien hechas no significa quemadas. Además, la atención que presten a esos detalles influirá decididamente sobre las propinas.

Un nativo de Virgo puede criticar algo que tú digas con argumentos tan rebuscados que te vuelvan loco, pero si te ve en un aprieto, será él quien se apresure a volver a poner las cosas en orden, sin otro afán que el de ser útil. Si el trabajo en que estás metido te tiene tan sumergido en detalles enervantes que desesperas de poder terminarlo a tiempo, Virgo se arremangará de buena gana para ayudarte. No son motivos egoístas los que le llevan a hacerse cargo de las cosas cuando ve que algo está hecho un lío; es que su ordenada mentalidad mercuriana no puede soportar las demoras, los detalles descuidados ni la confusión de objetivos. Hasta es posible que se ponga a enderezar las cosas antes de que se lo pidan, sin intención de ser impertinente, porque para él es algo instintivo poner orden en el caos. De entre tus invitados, será el que alegremente te ayude a ordenar la casa después de la fiesta, pero será también el que advierta de inmediato que pusiste cuidadosamente una revista sobre la mesa del café para disimular una mancha, y que arreglaste los almohadones del sofá de modo que no se vieran las quemaduras de cigarrillos.

Como Libra, Virgo es rápido para negar sus hábitos y rasgos de carácter. Es aparentemente ciego para sus propios defectos, e incapaz de ver sus debilidades bajo la misma clara luz que le permite ver las de los demás. Pero la verdad es que Virgo las ve, y las ve con tal riqueza de detalles que no puede soportar que se hable de ellas en términos generales. Intenta decir a un Virgo típico que es criticón, caviloso, remilgado, prolijo hasta el exceso o que se preocupa en demasía por su dieta y su salud, y verás cómo lo niega de plano. ¿Quién, él? Él no es así, que tontería. Todavía guardo una carta de diez páginas que me envió una ama de casa Virgo, escrita con una letra pulcra y diminuta, donde me detalla cuidadosamente todas las razones por las cuales las descripciones de su signo solar no se ajustan a ella, sin darse cuenta ni por un momento de que la misma pulcritud y minuciosidad con que expresa sus quejas la traicionan.

<<Es que yo no soy prolija –escribe–. Mi casa es un desorden espantoso>>, Luego continúa: <<Después de todo, tengo dos niños muy pequeños que lo ensucian continuamente todo hasta volverme loca. Todo el día estoy recogiendo lo que ellos desordenan>>. (A renglón seguido enumera minuciosamente todas sus interminables obligaciones domésticas, una por una, con muchísimo cuidado.) <<Trato de conservar cada cosa en su lugar, y jamás pierdo el tiempo leyendo o viendo la televisión como mis vecinas, pero así y todo las cosas todavía no están en orden cuando llega mi marido a cenar. No creo que él tenga derecho a quejarse, porque yo sigo trabajando hasta después de medianoche, cuando él duerme, para tener la casa ordenada por la mañana. Jamás podría preparar el desayuno en una cocina sucia. En la suciedad proliferan los microbios, y la enfermedad se apodera pronto de una familia. Pero antes de que él se vaya al trabajo, todo es otra vez un desorden, así que eso de la pulcritud de Virgo me fastidia de verás. En realidad, yo no soy prolija, ni tampoco me preocupo en exceso ni soy hipocondríaca. Jamás critico a mi marido cuando se equivoca con el saldo del banco, no muchas veces, en todo caso, porque no es eso lo que le corresponde a una mujer... Me gustaría ser prolija, pero con los niños y todo lo demás, ¿qué puedo hacer? Realmente, si pudiera usted ver cómo...>> y sigue y sigue. (Naturalmente, tuvo buen cuidado de incluir un sobre con el sello, con su nombre y dirección, para la respuesta.) En la última línea de su carta insistía: <<¿Puede usted decirme por que las descripciones de mi signo solar no se ajustan nada a mí?>>. Siempre pienso que algún día haré enmarcar esas páginas y las colgaré en la pared, bajo un símbolo de Virgo.

No es nada difícil distinguir al nativo de este signo en una habitación llena de gente: es incapaz de estarse mucho tiempo quieto. Después de un rato se le verá visiblemente inquieto y empezará a pasearse o a cambiar de lugar las sillas como un títere, transmitiendo una vaga sensación de urgencia, como si le esperaran en alguna otra parte y se hubiera retrasado. Al mismo tiempo, su rostro exhibirá una tranquilidad un poco  como de máscara. Es raro que todo el daño que puede causar la intensidad nerviosa de Virgo se manifieste del todo exteriormente, pero sin duda por dentro es capaz de alterarle todo el sistema digestivo. Por eso es tan frecuente que lleven consigo un tubo de pastillas para el estómago.

Es importante que hablemos aquí del todavía invisible planeta Vulcano, el verdadero regente de Virgo, ya que se dice que su descubrimiento es inminente. El descubrimiento del verdadero regente de un signo cambia la característica de los nativos del mismo. Para dar un ejemplo, durante el período en que tanto Acuario como Capricornio estaban regidos por Saturno, las personas nacidas en febrero, como Abraham Lincoln, mostraban claramente los rasgos melancó1icos de ese planeta. Pero cuando –en su debido momento en el plan universal– fue descubierto Urano (el símbolo de la electrónica y del espacio, y el verdadero regente de Acuario), la gente de este signo empezó a reflejar las cualidades del inquieto descubrimiento y a mostrar una personalidad mas eléctrica, impredecible y progresista, como la del Acuario regido por Urano que fue Franklin D. Roosevelt. Muchos astrólogos creen que en pocos años más Vulcano, el planeta del trueno, se hará visible a través de los telescopios. Poco antes o poco después de que Vulcano se acerque a la Tierra lo suficiente para hacerse visible, los Virgo que ya viven, lo mismo que los que nazcan en el futuro, perderán buena parte de la presión de Mercurio que provoca actualmente su tensión nerviosa, ya que Mercurio es mas compatible con Géminis, signo de aire, que con Virgo que es signo de tierra. El tonante Vulcano conferirá también a Virgo su herencia astrológica de valor y confianza, liberándole de muchas de sus inhibiciones típicas. Después del descubrimiento de Vulcano, el único planeta que quedara por identificar, de acuerdo con antiguas predicciones será Apolo, el verdadero regente de Tauro. Entonces cada signo solar responderá a las vibraciones del regente que le es propio, y habrá doce signos y doce cuerpos celestes. Es interesante señalar que en la mitología griega, Vulcano es el dios cojo de mentalidad brillante. Son muchos los nativos de Virgo que cojean ligeramente o que tienen alguna característica peculiar o desusada en su porte o su manera de andar.

No son gentes que se muestren derrochadoras ni con sus afectos ni con el dinero. Normalmente prudentes en ambos aspectos, su amor se manifiesta de forma tranquila y constante, con poca ostentación, y manejan el dinero con la misma mesura conservadora. Un rasgo extraño es que, dispuestos como están a ofrecer sus diligentes servicios a los demás, los nativos de Virgo sienten un intenso disgusto, casi neurótico, cuando tienen que aceptar favores. No quieren tener obligaciones con nadie, por ninguna razón, ni quieren depender para nada de nadie más que de ellos mismos. Un miedo profundamente arraigado a tener que pedir ayuda en la vejez es lo que hace que muchos de este signo vivan con tal economía que pueden llegar a parecer tacaños. En realidad, la palabra es demasiado dura. Cuando se siente bien seguro y no necesita preocuparse por el futuro, Virgo gasta con mas liberalidad el dinero, por mas que incluso entonces si no siente que ha recibido el valor total de lo gastado, volverá a la tienda a que le reembolsen su dinero.

Aunque no siente absolutamente ninguna simpatía por los mendigos ni por la gente ociosa y manirrota, Virgo es infaliblemente generoso con los amigos en dificultades. Puede ser casi avaro en lo que se refiere a sus necesidades personales, pero tendrá gestos increíbles de apoyo financiero con quienes realmente lo merecen o con la gente que de veras le gusta o a quien ama. Sin embargo, jamás le encontrarás derrochando descuidadamente el dinero, ya que el despilfarro es una de las cosas que más inquina le despiertan. La gente de Virgo trabaja con tesón para tener lo que tiene, y el lujo desmedido nunca deja de escandalizarlos. Generalmente, tienen opiniones muy claras, y no se dedican a ocultarlas, sobre los despilfarradores y los haraganes que no quieren trabajar.

Hay una cosa, sin embargo, que hará que te resulten un poco menos punzantes las criticas de Virgo, y es saber que, secretamente, el ojo crítico con que te mira es el mismo que utiliza para mirarse a si mismo. Simplemente, no puede dejar de ver los fallos; nació para detectar la más diminuta de las rajas en la porcelana. No será con los impuntuales más piadoso de lo que es con los derrochadores. En realidad, llegar tarde es de alguna manera un desperdicio; es una pérdida de tiempo, y para Virgo el tiempo es la tela con que está hecha la vida. Así que, si quieres evitar su tajante desaprobación, se puntual. Los amigos de Frank Sinatra ya saben que cuando el cantante dice: <<Cenamos a las ocho>>, quiere decir a las ocho, no a las ocho y cuarto o a las ocho y media. Aunque por su signo solar Sinatra es un orgulloso Sagitario, tiene un ascendente Virgo que explica por que es tan exigente con los ensayos, y tan exasperante con los detalles en los arreglos musicales. Cuando graba, cada nota y cada tono deben ser absolutamente impecables; si no, la sesión se repetirá hasta que él quede satisfecho. Si sumas ese gusto exigente y meticuloso al fuego y entusiasmo de Sagitario, ya puedes ver a que se debe el éxito de sus canciones.

Es difícil entender por que a veces se considera egoísta a la gente Virgo, ya que por lo común encuentran mas satisfacción en servir a otros que en satisfacer sus propias ambiciones personales. La etiqueta de egoísta no se debe probablemente a la capacidad de Virgo para decir <<no>> y decirlo en serio. Es generoso con su tiempo y su energía, pero sin ir más allá de lo razonable. Cuando las demandas se hacen excesivas, Virgo se planta y expresa sus objeciones con toda claridad, y hasta con demasiada claridad. Tanto como le gusta señalar los fallos de otros, se resiente orgullosamente ante la crítica abierta de sus propios errores. Cuando algún Virgo cometa un error, lo que no es muy frecuente, señálaselo con tacto si quieres conservar su amistad.

Son personas sorprendentemente sanas, pese a sus farmacias ambulantes (salvo que caigan enfermos por efecto de las preocupaciones, exceso de trabajo, tensión mental y pesimismo). Se ocupan mucho de su cuerpo y son escrupulosos con su dieta. Es posible que así y todo se quejen de algunas dolencias menores: malestar de estómago, indigestión, dolores crónicos en la zona intestinal, dolores de cabeza y problemas en los pies (¿te acuerdas de Vulcano, el dios cojo?). Deben cuidarse cuando atrapan un resfriado de pecho, porque son susceptibles a las afecciones pulmonares, según las influencias planetarias de su carta natal. Es fácil que sufran dolores en las caderas, brazos y hombros, que tengan problemas de gota, reumáticos y artríticos y a veces insuficiencia hepática y dolores de espalda. Pero la preocupación por su salud hará que Virgo evite la mayoría de las enfermedades graves. Muchos de ellos son vegetarianos y, si no lo son, ya puedes apostar a que saben exactamente que es lo que tienen que comer y cómo hay que cocinarlo. De vez en cuando tropezarás con un Virgo preocupado por los microbios, que se pone guantes de goma para preparar un budín o hierve todas las noches el cepillo de dientes, pero son casos extremos. Sin embargo, incluso el Virgo medio se lavará enérgicamente las manos antes de cada comida.

Les gustan los gatos, los pájaros y los seres pequeños e indefensos. También aman la verdad, la puntualidad, la economía, la prudencia y una discreta selectividad. Aborrecen los torrentes de sentimentalismo, la suciedad, lo vulgar, el abandono y la ociosidad. Son de naturaleza práctica, con excesiva tendencia a la discriminación: los verdaderos individualistas, que con la nitidez de su percepción consiguen que lo que desean no se vea embarrado y contaminado por sus apetencias. Una fresca brisa purifica los sueños de Virgo limpiándolos de todo rastro de locas y desatadas fantasías. Una vez que ha aprendido a dominar los complicados detalles de la vida, en vez de dejarse dominar por ellos, Virgo es más capaz de dar forma a su propio destino que cualquier otro signo solar.

El fresco y verde jade y la pureza del platino son su complemento y lo que le trae suerte. Pero la buena suerte de Virgo va siempre seguida por cinco clases de soledad, y la llamada del deber jamás se acalla del todo en su corazón. No olvides que la tímida sonrisa pensativa de Virgo oculta algunos secretos, por su sangre tranquila circulan la líquida plata de Mercurio y el trueno distante de Vulcano, mientras él se viste con sus colores favoritos: gris, beige, azul marino, todos los matices del verde y el blanco inmaculado. Subyacente a la gravedad de su porte esta el aura fascinante de la Virgen: la pureza de intención y de pensamiento, simbolizada por el jacinto de Virgo. Una vez que has conocido la fragancia de esta flor pascual, jamás te liberarás del todo de su hechizo: volverá cada primavera a rondar tu memoria. Virgo tiene su propia y secreta manera de hacer que el corazón recuerde.

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